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sábado, 8 de mayo de 2010

No es oro...


Las apariencias engañan. Esto es algo que hemos oido miles de veces. Prejuzgar no es el camino acertado. Vale, lo sabemos. ¿Pero...lo llevamos a cabo?
Albert Einstein tenia pinta de loco.Cuando entró como inmigrante a los Estados Unidos, huyendo de la Alemania Nazi por ser judío, el oficial de inmigración le preguntó de que raza era, el humildemente respondió: "de la raza humana"... El funcionario seguramente no entendió la magnitud de su respuesta.
Que enorme fuerza tenía el "debilucho" de Mahatma Gandhi y que obra tan descomunal realizó la "insignificante" monjita. Madre Teresa de Calculta.
El dilema es: ¡Ser o aparentar ser! Mahatma parecía débil y era fortísimo. Einstein loco y era el ser más racional que haya existido
¿Cuantas veces nos hemos equivocado con una persona?
Todos lo hacemos. Todos prejuzgamos y ponemos etiquetas.
Luego podemos tomar dos caminos. Comprobar si nuestro "prejuicio" tiene contenido real, o llevarnos la gratisima sorpresa de estar equivocados.
Darte cuenta, de que esa persona que a simple vista te era indiferente y a la que colocaste el sanbenito de "pija capulla y prepotente", puede ser la persona mas especial que conociste en mucho tiempo.
Puede que esa persona que viste como un "peligroso delincuente miembro de tribu urbana" sea un chaval con mas moral y principios que tu.
Tambien puedes ahorrarte la grata sorpresa, el camino hacia el conocimiento, y darle validez a tu primera idea...Asi al menos no cargas con el esfuerzo de conocer...
Pero...¿merece la pena?